viernes, 31 de diciembre de 2010

Un día más, un día menos.

Al fin se termina el año. Hoy es el último día de este 2010; hoy se termina una década.
Hoy venia pensando y a la vez recordando estos últimos diez años de mi vida. Hice como una especie de ‘Flashback’, y lo sigo haciendo ahora y lo voy a seguir haciendo hasta que termine el día y probablemente lo haga gran parte de mañana. En ese flash vi un millar de cosas. En esta última década termine el primario, termine el secundario, empecé la facu, me hice mayor de edad, comencé a trabajar, tuve un hijo… nah mentira, quería ver como andaban de reflejos, jaja; en fin, me fui convirtiendo en un hombre. Y muchas cosas pasaron en el medio, a mí y a mi entorno; vi y viví la crisis política y económica de Argentina en 2001, vi a dos aviones introducirse de lleno en dos altos edificios hermanos, justo el día que cumple años la madre de mi mejor amigo, ¡¡vi nevar en la ciudad de Buenos Aires!!; en cuanto a mí, formé una banda, empecé a jugar al básquet e hice grandes amistades de las que no me voy a olvidar nunca, pero también perdí familiares y a grandes personas que fueron arrancadas de nuestros brazos; perdí a mi perro de toda la vida, la Poli; pero sobre todas las cosas… crecí.
Y lo sigo haciendo, no soy minister de la madurez absoluta, claro que no.
Hoy es el último día de 2010, mañana comienza un nuevo año y una nueva oportunidad de renovarnos, de enmendar las cosas que hemos hecho mal y de no volver a cometer los mismos errores… es una cagada esto.
O sea, está claro que somos hijos del rigor. Siempre tenemos que esperar a que sucedan las cosas para reaccionar. Nunca tomamos el toro por las astas. En este caso, ¿Es necesario que comience un nuevo año para tener que cambiar las cosas? Obviamente hago un mea culpa, porque líneas atrás dije algo como: “… nueva oportunidad de renovarnos…”, bla, bla, bla. Obvio, es una nueva oportunidad de renovarnos, pero quiero que eso ocurra todos los días, no eventualmente cuando ocurra algún evento místico que nos haga reflexionar. Miremos nuestra actualidad, veamos que está bien y que está mal y tratemos de cambiarlo en ese momento. Porque si en los próximos 10 días hacen algo de lo que puedan llegar a arrepentirse, faltan otros 355 días para que llegue 2012 y sea un año mejor.
Un día más, un día menos. Hoy se termina 2010; hoy se termina una década. Mañana empieza 2011. Nuevas tendencias van a marcar la próxima década, grandes catástrofes van a ocurrir, pero también nos van a pasar cosas excelentes. ¿Moriremos en 2012?, no lo sé. Solo sé que si, mañana volvemos a tener una nueva oportunidad, pero que sea una oportunidad para nosotros mismos de tomar la iniciativa y lograr el cambio.
Feliz año nuevo para todos. Hasta el año próximo. Saludos.

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