sábado, 9 de abril de 2011

Deseo.

... Te despertás un día a la mañana después de haber soñado ese fantástico sueño. Te calzas tus pantuflas y vas al baño dispuestos a lavarte la cara para comenzar el día; otro día más.
Pero hay algo extraño en el ambiente...
Llegas al baño y de repente te encontrás con una figura, una figura muy extraña. Asustado, obviamente, querés salir corriendo, pero la figura logra detenerte y llamar tu atención con tan solo una frase: "sé lo que quieres... y te lo puedo dar"
La noche anterior te habías ido a la cama con la simple esperanza de soñar con tu amor; poder verla ahí en ese lugar fantástico donde todo puede suceder: tu cabeza.
Evidentemente la esperanza fue dejada de lado. La noche anterior pudiste soñar con ella. Pero en este momento, todo recuerdo del sueño que te acompañó en este corto trayecto al baño había sido dejado de lado, porque algo más había logrado llamar tu atención. Y creo que ya no era la extraña figura que había aparecido en el baño sino más bien lo que la extraña figura había dicho: "sé lo que quieres... y te lo puedo dar".

- No voy a pedirte nada a cambio. Sé por lo que estás pasando y vine aquí para ayudarte. Voy a concederte un deseo; sólo uno. Yo sé lo que quieres, tan solo tienes que pedirlo...

En ese momento solo una cosa pasó por tu cabeza. No sabes si la figura es real o si fue un invento de tu cabeza; no sabes si realmente sigues soñando o si la sensación es más real que el crudo invierno y no sabes si la figura está diciendo la verdad; tan solo tenés una sola cosa en la cabeza: "sé lo que quieres... y te lo puedo dar".
Están los que desearían la vida eterna; están los que desearían todo el dinero del mundo; están los que desearían la paz y salud para todas las personas de la tierra; pero vos no, vos tenés otra cosa en la cabeza. Algo que te viene quemando por dentro desde hace mucho tiempo... entonces pedís tu deseo...

- Deseo mirarme al espejo y ver en mi a la persona de quien ella está enamorada. Tan solo quiero ver su cara...
- Concedido (asintió la figura y chasqueó los dedos)

Y miraste al espejo... y te viste reflejado... y te viste a vos mismo. ¡Sos vos! Vos sos la persona de quien ella está enamorada. Vos sos su amor. Y de pronto ese ardor desapareció y una fresca sensación de escalofriante alivio recorrió tu cuerpo...

... y de pronto abriste los ojos y te despertaste un día a la mañana después de haber soñado ese fantástico sueño...

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